—¿Cómo que no podemos volver?¡¿Se han vuelto locos?! —vociferó Ortega.—¿De verdad le extraña, alférez? —replicó el Dr. Romaoñartxe, levantando la vista del microscopio y mirándole por encima de la montura de sus gafas de cerca—. ¿Tal y como están las cosas ahí abajo, y con la exquisita diplomacia que destila su capitán aquí arriba? Llevado por la indignación y la cólera, Ortega pateó la pared del...
Relatos cortos