Hoy es miércoles, y sin embargo no veréis aquí un nuevo relato corto. El miércoles pasado concluí el reto Ray Bradbury, que consiste en escribir un cuento cada semana durante un año, para un total de 52 historias. El prolífico autor de Crónicas Marcianas y Farenheit 451 consideraba que «es totalmente imposible escribir 52 malas historias seguidas«.
Espero no haber logrado lo imposible.
Empecé el reto sin saber siquiera que existía, pero considero que es un buen momento para dar por fin el gran paso y centrarme en la escritura de mi primera novela.
Lo que viene
Sin rodeos. Una novela corta de mi género predilecto, la ciencia ficción.
Ampliará el relato «Primer Aviso» para acompañar en su viaje a Shitala —y a otro personaje que pronto conoceréis—, en un ambiente de ópera espacial aderezado con intrigas políticas, acción y una cosa que no te voy a contar porque para flipar en colores tendrás que leer el libro.
Cómo y cuándo viene
Fecha límite, 31 de agosto. ¿Por qué? Porque quiero presentar la novela al Premio Literario Amazon 2020.
Tendré pocas probabilidades de conseguirlo —bueno, ya veremos qué dice el oráculo cuando la publique—, pero no pierdo nada al presentarla. Las condiciones para concursar las iba a cumplir de todas formas, porque publicaré el libro con exclusividad en Amazon.
Fecha del planeta mágico donde los unicornios resoplan arcoíris: 30 de junio.
Algunos ya sabréis que fracasé en el NanoWrimo, pero aprendí muchísimo del intento. Esa otra novela, inspirada en «Overclockeado» está aparcada de momento. Pero voy a mantener algunas directrices de aquel reto, como la extensión: será una novela corta o novelette de unas 50.000 palabras. Eso rondaría a ojímetro las 175 páginas en un libro de bolsillo.
Como ya he descubierto que soy escritor de brújula, la escaleta ya está preparada porque la he reducido a su mínima expresión. Cuento con la ventaja de que ya tengo 3800 palabras escritas; así que hasta el 31 de mayo, cuando espero tener listo el primer borrador, necesito escribir unas 2000 palabras al día. Es un objetivo asequible aparcando el relatos corto semanal.
Y entonces, ¿por qué considero una quimera tener el libro publicado el 30 de junio?
Pues porque para un escritor que se autopublica existe toda una panoplia de trabajo extra después del primer borrador que tiene que acometer necesariamente antes de alcanzar el resultado final de su obra.
Cosas como la lectura alfa —sí, los que leen mis borradores son lectores alfa porque son la caña, ¿qué es eso de lectores beta, o lectores cero?—, el segundo borrador, la primera corrección ortotipográfica y de estilo, la maquetación, la segunda corrección, el diseño de la portada, la tercera corrección, la sinopsis, la cuarta corrección, la promoción de lanzamiento, la quinta corrección, la crisis existencial, la sexta corrección, el coqueteo con el suicidio, la séptima corrección, la alineación de los astros, y por fin, la publicación.
Como soy muchimillonario, no perderé demasiado tiempo en esos pasos: contrataré a los mejores profesionales para que lleven a cabo cada uno de ellos. ¿No ha colado, verdad? Pues eso.
En cualquier caso, tendréis una actualización del estado del proyecto cada miércoles, como mínimo.
¿Y los relatos?
Pues quedan relegados a un segundo plano. Para el canal de iVoox, seguiré grabando algunos relatos que puedes leer ahora mismo en este blog pero aún he narrado de viva voz.
Solo si necesito un respiro con la novela veréis aquí nuevos relatos, y en tal caso es muy probable que se enmarquen en el #OrigiReto2020. ¡Ah!, y también habrá más relatos si sobrevivo a la fase 3 de Los Juegos del Humor en Wattpad.
Y a los del pajarito azul, tranquilos, también seguiré adelante con el #RetoLeeUnRelatoAlDía en twitter. ¡Ya llevo 127 relatos de autores noveles leídos y compartidos!