Recibí este email reenviado de un amigo. Al principio pensé que era una tontería más de esas que la gente reenvía sin pensarlo demasiado, pero pronto me dí cuenta de que el tema es serio. Juzguen ustedes y obren en consecuencia.
Seguramente no nos conozcamos, y le ruego disculpe mi intromisión. Jamás pensé que llegara a necesitar comunicarme con usted, y aún menos de esta forma tan vulgar, pero las circunstancias lo requieren. Pues si está leyendo este correo, tengo la seguridad de que he sido asesinado, o puede que algo peor.
Este relato está incluído en la colección Mundos fallidos: 21 relatos de ciencia ficción.